El BenQ SW240 y posibles alternativas en el mismo rango, a fecha de hoy el modelo que menciona se está vendiendo muy bien, y en 24 pulgadas el modelo que encontraríamos algo más completo sería el CS2420 de Eizo. Comparando las características principales (tecnología de panel, resolución, conectividad) tanto el CS2420 de Eizo como el SW240 de BenQ comparten muchos puntos en común y también nos encontramos en ambos casos con que junto con el monitor se cuenta con un software de calibración específico (ColorNavigator en Eizo, Palette Master Element en BenQ) que podemos utilizar para calibrar el monitor, dependiendo también en ambos modelos de contar con un calibrador externo compatible como puede ser el i1Display Pro de X-Rite (la opción más recomendable a día de hoy). Es posiblemente en este punto donde podemos encontrar alguna de las diferencias más significativas en cuanto al uso, ya que si bien en ambos casos logramos que el monitor se calibre a nivel interno contra un elemento llamado LUT que se podría decir es el motor de color.
Ampliando los datos en este sentido en las especificaciones de los monitores tenemos por un lado la capacidad de la mencionada LUT (de 14 bits en el BenQ, de 16 en el Eizo) y por otro la capacidad de la propia señal de vídeo, es decir la paleta de colores que se pueden llegar a mostrar en pantalla. La función de la LUT es recibir la señal proveniente de la tarjeta gráfica y procesarla para seleccionar los colores que finalmente formarán la imagen que se mostrará en pantalla. A mayor capacidad de la LUT mayor es la paleta entre la que seleccionar los tonos que formarán la imagen, facilitando de este modo unas transiciones suaves y unos degradados sin saltos bruscos, por ejemplo en escalas de grises. Por otra parte en lo relativo a la propia señal de vídeo una pantalla identificada como de 10 bits implica que la señal que se muestra por pantalla es de 10 bits frente a los 8 bits habituales, esto es que la señal teóricamente podría mostrar más de 1073 millones de colores distintos frente a los 16.77 millones de colores de una señal de 8 bits. Esto realmente no es así por la sencilla razón de que la pantalla del monitor no cuenta con tantos píxeles como para mostrar todos estos colores de forma simultánea (en un monitor de 24 pulgadas y 1920×1200 píxeles de resolución contamos con un total de 2.304.000 formando la pantalla), pero esto de nuevo repercute en el poder mostrar una imagen más rica en color y evitando problemas de banding (saltos bruscos entre colores). Cabe tener presente que este último aspecto (trabajar con una señal de 8 o 10 bits) se ve afectado también por la tarjeta gráfica del equipo al que conectemos el monitor, así como por la conexión utilizada. Habitualmente solo podremos tener 10 bits usando HDMI o DisplayPort, y con una tarjeta compatible con ello.
En cuanto a la calibración, el Eizo resultaría más versátil a la hora de trabajar con distintas configuraciones de color si quisiéramos tener distintos modos disponibles (por ejemplo más o menos luminosos, más o menos cálidos) pudiendo alternar entre ellos con facilidad. Si en lo relativo a calibración le basta una sola configuración el BenQ cumpliría sin problemas en este sentido.
Por esto quiero decir: a muchos de nuestros clientes les basta con una calibración digamos estándar, como puede ser por ejemplo con una temperatura de color de 6500K, una luminancia de entre 80 y 120cd/m² y una gamma de 2.2, resultando suficiente para trabajar en general. De ser así, el BenQ SW240 nos permite sin problemas llevar a cabo esta calibración (insisto, con un calibrador estándar compatible con Palette Master Element, eso sí) y contar de este modo con una gestión de color controlada. En otros casos podemos desear contar con distintas configuraciones para distintos tipos de trabajo o para distintas condiciones de trabajo, como por ejemplo contar con un nivel de brillo de la pantalla más alto si trabajamos de día y más tenue si trabajamos de noche. Aquí sería donde cobraría ventaja el CS2420 gracias a su software ColorNavigator, ya que este programa nos permite crear tantas configuraciones como queramos y aplicar estas configuraciones a los distintos modos de color del monitor: no solamente a los modos calibrable (CAL1, CAL2, CAL3), si no incluso podemos sobreescribir otros modos de color predefinodos del monitor con configuraciones propias. De este modo podríamos tener por ejemplo en el CAL1 una calibración con un nivel de brillo más alto y en el CAL2 una calibración con un nivel de brillo más tenue, o más cálida, o dando prioridad a balance de grises (para fotografía en blanco y negro), etc. Teniendo estas calibraciones creadas ColorNavigator nos da la opción mediante un icono que queda en la barra de tareas (en la zona donde se muestra la hora y otros iconos) de seleccionar al momento una u otra configuración, cambiando al instante la salida por pantalla y a su vez seleccionando el perfil ICC correspondiente a nivel de sistema para que el perfil de color activo sea siempre el de la configuración de color con la que estamos trabajando.
En el caso del BenQ el monitor cuenta con tres modos calibrable (Calibrado1, calibrado2 y calibrado3) y de forma similar podemos también tener una configuración concreta en cada modo (al calibrar el programa nos pide en cual de estos tres slots queremos guardar la calibración), pero hay una diferencia importante: podemos cambiar entre los distintos modos calibrados con la botonera del monitor, pero el seleccionar un modo u otro no actualizará de forma automática el perfil de color correspondiente activo en el sistema operativo, por lo que nos correspondería a nosotros controlar que el perfil ICC que figure como activo en el sistema operativo (en el apartado administración de color) se corresponda con el modo de color con el que estemos trabajando. Lógicamente si vamos a ir alternando distintos modos calibrados con cierta regularidad este proceso se volvería algo farragoso.
A mi parecer esta es la principal diferencia, y sería en función de si he de alternar distintas calibraciones o no que me orientaría más hacia una opción o la otra. Como dato adicional también cabe tener presente que Eizo ofrece cinco años de garantía mientras que en BenQ el plazo sería de 2 años.