La inmensa mayoría de los monitores son de 8 bits, más del 90%, 8 bits equivale a decir que hay 256 tonos para cada uno de los 3 canales RGB, esto nos da un total de 16,777,216 colores.
En los monitores de 10 bits hay 1024 tonos para cada uno de los canales RGB, lo que nos da un total de 1024x1024x1024= 1.073.741.824 de colores de paleta de los cuales representamos 16,7 millones en pantalla. La diferencia entre 10 y 12 aunque pueda parecer poca en realidad un monitor de 12 bit tiene una paleta cuatro veces superior a uno de 10 bit,cada canal tiene en un monitor de 12 bits tiene 4096 niveles, contra los 1024 de un monitor de 10 bit.
La diferencia trabajando en imágenes en color entre monitores de 10 y 12 bits no se hace tan evidente, es en las imágenes en escala de grises, en los que el RGB tienen que estar en equilibrio para mostrar un gris neutro donde más diferencias hay. Esto convierte a los monitores de 12 bit en los más indicados para tareas de alta precisión, es característico de la tecnología de 10 bit las tonalidades rojizas en los grises, cosa que se hace evidente en las imágenes en BN, tarea para la que están indicados los monitores de 12 bit.
No obstante un monitor de 10 bit con calibración por hardware (es el caso del P221W) puede dar mejores resultados que un monitor de 12 bit sin calibración por hardware. Esto ocurre porque existen monitores de 12 bit que solo ofrecen modos de color preestablecidos que dan unos resultados limitados, un ajuste de forma manual de los valores RGB es casi imposible.
Hay monitores que adicionalmente disponen de procesadores internos de 14 o 16 bit, para mejorar la señal de salida interna de 12 bit. Es el caso de la serie ColorEdge de Eizo